miércoles, 13 de mayo de 2020

SOROLLA


Joaquín Sorolla Bastida fue un pintor español, nacido en Valencia. Artista prolífico, dejó más de 2200 obras catalogadas. ¡Eso son un montón de cuadros!. Su obra madura ha sido etiqueda como impresionista, postimpresionista y luminista.
Él junto su hermana se quedaron huérfanos y fueron criados por su tía. Su tío cerrajero le enseñó este oficio pero pronto descubrió la cualidades de Joaquín llevándolo a clases para formación. Estudió las obras de Velázquez este pintor ya lo conocimos en clase por su cuadro tan famoso "Las Meninas". Viajó a Roma para conocer otros artistas y técnicas de allí.

Comenzó a pintar en acuarelas sobre temas costumbristas y anecdóticos ya que eran fáciles de vender en ese momento. Un ejemplo de ello es su obra "Vendiendo melones".




También hubo una época que fue retratista. En aquellos años no había cámaras de fotos y los pintores eran pagados para tener cuadros donde aparecieran. De esta forma Sorolla tuvo la suerte de pintar a personajes famosos como Galdos, Machado, Emilio Castelar,...e incluso hasta el rey Alfonso XIII.


En sus obras más famosas pintadas a óleo están dedicadas a niños y mujeres en las playas de Valencia, su ciudad natal. 


El cuadro transmite además la inocencia y felicidad de un niño jugando despreocupado con su barquito de vela, la reproducción en miniatura de un balandro, quizás un autorretrato del artista jugando con sus tubos de pintura y sus lienzos.



Sorollla pintaba a niños jugando y el agua del mar cubriendo la mayor parte del lienzo, llenando la composición. Pero sobre todo pintaba la luz. Esa sí que lo cubre todo con una intensidad extraordinaria, ya sea directa sobre la piel mojada del niño desnudo o sobre esos hermosos y fugitivos reflejos en el agua creados con dinámicas pinceladas. Y así consigue este artista pintar algo tan difícil como es el movimiento del mar.



Su cuadro "El Balandrito". El niño está jugando en la orilla de una playa, obviamente. Para ser exactos en el arenal valenciano de El Cabañal, a donde solía acudir el pintor tras su exitosa estancia en los Estados Unidos para disfrutar de ese sol violento del Mediterráneo.




El cuadro transmite además la inocencia y felicidad de un niño jugando despreocupado con su barquito de vela, la reproducción en miniatura de un balandro, quizás un autorretrato del artista jugando con sus tubos de pintura y sus lienzos.





Ahora que ya sabéis más sobre este pintor podéis realizar vuestro Balandrito. 

¡Deseando de ver como os ha quedado!

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